La reverencia de l pueblo hacia su faraón aparece en su cenit durante la gran era de las pirámides, en tiempos de la cuarta dinastía. Aquellas masas de de piedra monumentales debían albergar no solo el cuerpo sino también el alma del monarca. El faraón era algo tan grande que no debía morir nunca, y únicamente preservando su cuerpo podría vivir para siempre. Esta es la razón de que durante millares de años se embalsamaran los cuerpos de los soberanos egipcios.
Faraón embalsamado |
En realidad la pirámide de Sakara no es mas sino un escalonamiento del mas primitivo de los monumentos funerarios egipcios, la mastaba, una especie de pirámide truncada que remataba, por tanto, en una superficie plana. Fue en el curso de la cuarta dinastía cuando se elevaron las tres grandes pirámides de Gizeh, en las proximidades de la actual ciudad de El Cairo. Se estima que para la construcción de la mayor de ellas, la dedicada al faraón Keops, fue necesario el trabajo de 100.000 hombres durante veinte años. Esta pirámide mide 230 metros poca cada lado y cubre 5,3 hectáreas, Cuando se construyo, su altura era de 146,6 metros. Esta construida con mas de dos millones de bloques de piedra que pesan aproximadamente dos toneladas y media cada una.
La gran pirámide de Keops |
Estructura de las pirámides |
Durante el renacimiento cultural producido en el Imperio Nuevo, los templos pasaron a ser los monumentos mas vistosos. En Egipto no se utilizaron vigas de madera para sostener los tejados y en consecuencia ls puertas eran estrechas, las columnas grandes y macizas y distribuidas apretadamente. Las salas se comunicaban por medio de dinteles de piedra en lugar de marcos de madera, ya que los egipcios no llegaron a descubrir el arco.
En conjunto, la arquitectura egipcia responde siempre a un anhelo de grandeza y majestuosidad, acorde con sus concepciones religiosas. Las restantes disciplinas artísticas se hallan necesariamente sujetas a la misma finalidad.
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