La XI dinastia restauró la unidad en torno al año 2000 a.C y estableció la capital en Tebas. Egipto vivió un periodo de apogeo, que se malogró la invasion de un pueblo asiatico, los hicsos. En medio de la confusion creada retornaron los viejos fantasmas de la anarquia y la separación, norte y sur, y los hicsos, establecidos en Delta, fundaron su propia dinastia (XIV, 1730-1580 a.C; segundo periodo intermedio).
La tradición atribuye al principe tebano amasis la expulsión definitiva de los hicsos y la fundación de la XVIII dinastía con la que se inicia el Imperio nuevo. Dicha dinastia alcanzo con Amenofis III (1402-1364) uno de los monumentos culminates del del poderio egipcio. La decadencia se inicio con Amenofis IV (1364-1347) que quiso reforzar su autoridad desposeyendo de sus privilegios a la casta sacerdotal, en especial al clero de Amón. Para ello inteno implantar el monoteismo, badaso en el culto de Atón, e incluso translado la capital de Egipto medio (actual Tell el Amarna), donde se desarrollo una interesante escuela artistica. La debilidad del país fue aprovechada por los hititas, para arrebatarle amplios territorios en Asia, que Egipto había ocupado para prevenir posibles invasiones por el Sinaí.
Amenofis IV |
Psamético III |
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